Tercer domingo de Pascua
Evangelio de Juan 21.1-19. Siguen las manifestaciones del Resucitado, que como en otros casos no es reconocido en el primer momento. Ahora los invita a comer, y él les reparte el pan y el pescado. El Pastor cuida a los suyos, y le encarga repetidamente a Pedro que tenga la misma actitud.
Hechos 9.1-20: Para la lectura en el culto se pueden seleccionar los vs. 1-5 y 17-20. El perseguidor de los cristianos se encuentra con el Resucitado, y se le cambia la vida; el enceguecido vuelve a ver, y ahora vive una nueva realidad.
Apocalipsis 5.11-14. Himnos de alabanza al Cordero de Dios, el único que pudo abrir el libro sobre el sentido de la historia, en la visión de Juan: ese Cordero hace posible un tiempo nuevo de redención, que es libertad, y de nueva comunión con Dios.
Salmo 30. Un canto alabando al Dios liberador que nos da vida, alegría y seguridad: él cambia en danzas nuestros lamentos, en fiesta nuestros lutos. Por eso no podemos callarnos y cantamos himnos de alabanza y gratitud.
