jueves, 1 de abril de 2010

Lecturas Bíblicas Semana Santa

Jueves Santo – 1 de abril de 2010

Evangelio de Juan 13.1-17, 31b-35. El relato de Juan sobre la última cena prefiere el gesto de Jesús lavando los pies a los discípulos, seguido de sus palabras sobre el sentido de lavarse los pies unos a otros, y culminamos con el “nuevo mandamiento” del amor.

Éxodo 12.1-4, 11-14, o bien todo el pasaje del 11 al 14: las instrucciones para celebrar la primera Pascua, preparándose para salir en camino hacia la libertad. Comida rápida, con el bastón de caminantes en la mano. ¡Y será recordado como una gran fiesta!

1ª Corintios 11.23-26. Aquí sí, el apóstol recuerda “la tradición” recibida sobre la enseñanza de Jesús en cuanto al significado de la Cena, o Mesa del Señor, o “eucaristía” –acción de gracias- como luego se llamaría, enfatizando “la memoria” del crucificado.

Salmo 116.1, 10-17. Una oración de gratitud y de fe en el Dios que a pesar de las aflicciones libra a quienes invocan su nombre. También pueden seleccionarse los vs. 5-10: el Dios ternura que cuida a los sencillos y los libra de la muerte.

Viernes Santo – 2 de abril de 2010

Evangelio de Juan 18.1 – 19.42. Nuevamente en este caso se puede seleccionar de esta larga lectura, desde el arresto de Jesús, sus distintas presentaciones ante las autoridades, las negaciones de Pedro, la sentencia de muerte, la crucifixión y la sepultura, según el tema elegido para el culto.

Isaías 52.13 – 53.12. Los sufrimientos y el triunfo del siervo del Señor, planteando en ese tiempo la búsqueda y la expectativa de un siervo de Dios que sufre por los pecadores, tomando el símbolo del cordero que es llevado a la muerte, aunque en este caso “él se entregó en sacrificio por el pecado”.

Carta a los Hebreos, 10.16-25. En la nueva alianza entramos con toda libertad a la presencia de Dios, teniendo el gran y último sacerdote que se ofreció a sí mismo por nosotros. Por tanto, mantengámonos firmes en la esperanza de esta fe, en comunión y servicio los unos a los otros.

El Salmo 22 comienza con las palabras que dice Jesús en la cruz: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Se pueden seleccionar para el culto los pasajes que marcan tanto la angustia como la seguridad y la esperanza en medio del sufrimiento y del oprobio.

Vigilia de Resurrección Sábado 3 de abril de 2010

El Evangelio de Lucas, en 24.1-12, relata cómo esa mañana de la Resurrección, muy temprano llegan al sepulcro “las mujeres que habían acompañado a Jesús desde Galilea” (23.55) y reciben el anuncio de no buscar entre los muertos al que está vivo. Y los apóstoles, que no creen…

Carta a los Romanos, 6.3-11. Cuando nos bautizamos expresamos nuestra unión con Cristo en su muerte, para ser resucitados a una vida nueva: libres del pecado, ya no más esclavos, ahora viviremos con Cristo, para Dios, y la muerte no tiene más poder sobre nosotros.

El Salmo 114 tiene recuerdos de la salida de la esclavitud, cuando todos los poderes, representados en el mar y en el Jordán, en los cerros y las montañas, que huyen, se hacen atrás. ¡Dios convierte las peñas en lagunas y las rocas en manantiales!

Domingo de Pascua – 4 de abril de 2010

Evangelio de Juan 20.1-18. El cuarto evangelio cuenta emotivamente los sucesos de la mañana de la Resurrección, en ese “huerto” del sepulcro. Primero entran a la tumba vacía Pedro “y el otro discípulo”; luego viene el encuentro del Resucitado con María Magdalena, primera testigo. Se puede optar por el texto de Lucas 24.1-12, anotado para el sábado.

Hechos 10.34-43: El discurso de Pedro cuenta cómo la expectativa mesiánica se cumplió en Jesús de Nazaret, respaldado por el Espíritu de Dios, a quien mataron pero que Dios resucitó, de lo cual hay muchos testigos, y ahora este Jesús es Juez y medio de perdón para quienes creen en él.

Isaías 65.17-25 es una lectura alternativa a la de Hechos. Es la profecía de una nueva creación, con un pueblo contento en una nueva sociedad y una nueva naturaleza, viviendo en justicia y paz, en comunión plena: con Dios, entre los seres humanos y hasta en los animales.

1ª Corintios 15.19-26. Cristo ha resucitado: es el primer fruto de la cosecha en la nueva vida; es el nuevo Adán, por quien tenemos vida; es el Señor que derrotará todos los falsos señoríos, autoridades y poderes, hasta derrotar incluso a la muerte.

Salmo 118.1-2, 14-24. Fragmentos de un himno casi dramatizado, con distintas voces y gestos –abran las puertas del templo- para dar gracias a Dios que triunfa desde la humillación de su gente, demostrando su poder e iniciando una nueva construcción, con una nueva piedra principal