Mientras por el ambiente evangélico latinoamericano pululan los autodenominados “profetas”, regando púlpitos y plataformas en templos y estadios con sus vaticinios, algunos de los cuales son desmentidos luego por la realidad, un hombre viudo de 85 años, oriundo de Arroyo Seco, cerca de la ciudad santafesina de Rosario, persiste en obedecer a un mandato que recibió del Señor: decir las cosas por su nombre. Aunque se retiró del ministerio activo de su iglesia en 1989, mantiene firme su militancia, una pasión que lo llevó a escribir “Tenemos esperanza”, un tango que algunos definen como “La Marsellesa” evangélica argentina. Y aún tiene palabras claras para este tiempo difícil que nos toca atravesar: “No estamos viviendo simplemente una crisis local en Guatemala, local en Argentina, local en El Salvador, local en Brasil, se trata de una crisis que está cuestionando el tipo de civilización que hemos desarrollado”, comentó el 14 de marzo en una reunión de dirigentes evangélicos en San Salvador, según informó la agencia ALC. “Cuando los cristianos leamos a los profetas y lo hagamos con seriedad, descubriremos verdaderamente lo que Jesús dijo en la frase yo no he venido a abolir la ley de los profetas, sino a que se cumpla (…) Ojala las iglesias, incluyendo las de más grande crecimiento en América Latina, lleguemos a leer a los profetas en serio, y en lugar de entretener a la gente o ayudarla a escaparse de la historia, esos profetas los traigan con cable a tierra y no solamente pensar en el cielo y en la vida más allá de la tierra, sino en la realidad concreta de hoy”, expresó. “Las iglesias debemos ser instrumentos proféticos de Dios y el ser instrumentos de Dios significa que hoy la profecía no puede cerrar los ojos ante las realidades políticas, sociales y económicas que afectan a nuestros pueblos (…) Debemos hablar la verdad con claridad y con firmeza, porque es la única manera de recuperar el espacio que nos corresponde como iglesias cristianas y como movimiento ecuménico en el momento que estamos viviendo, debemos aprender a leer el Evangelio a la luz de lo que pasa en el mundo”.
Desafíos que nos plantea un profeta de este tiempo, el argentino Federico José Natalio Pagura.
+ (PE/Pulso Cristiano)
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